Londres, Inglaterra, 15 de enero de 1939
Entre la muchedumbre de la estación, Cecilia
vislumbró el abrigo raído del amigo de sus padres. No sabía cómo, pero lo
había reconocido. Nunca antes había visto a aquel hombre, ni siquiera en fotos.
Pero le pareció que tenía un aire a sus padres. De estatura mediana, con unas
gafas redondas sobre la nariz, inteligencia en los ojos y una expresión
desconcentrada. Caminaba tranquilamente entre la profusión de gente que salía
en aquellos momentos del tren. Cecilia levantó la maleta del suelo y se acercó
al señor Legendre. Él pareció abandonar de pronto su actual estado de sopor y
la miró con ojos serios. Parecía que también la había reconocido.
— Ven, acompáñame, rápido.
Que cortés,
pensó, Aquí nadie me conoce. No sé por qué
importa tanto que permanezca oculta.
Siguió al señor Legendre esquivando a los
pasajeros cargados con su equipaje. La mayoría iban embutidos en ropa de viaje.
Cecilia había viajado con un chaquetón de cuero sobre un vestido blanco
sencillo y una pamela de flores del mismo color. Su cabello corriente de color
castaño claro iba peinando en un moño a la espalda. El amigo de su padre la
llevó hasta un coche aparcado frente a la estación. Era blanco. Un hombre joven
con cabello dorado y barriga promiente los esperaba sentado en el asiento del
conductor. Los saludó con la mano y puso en marcha el motor. El señor Legendre
se giró en redondo hacía ella.
— ¿Cómo te llamas, niña? —Quiso decirle que no
era ninguna niña, per se lo guardo para sí. Tenía demasiada vergüenza.
— Cecilia.
— Ahora te llamaras Charlotte. Charlotte Drummond.
Eres mi sobrina, la hija escocesa del hermano fallecido de mi mujer. Si alguien
te pregunta le dirás que ese es tu nombre. Tu padre era August Drummond y tu
madre fue su amante, Danielle McAllen, la camarera del bar Scott’s, al lado del domicilio del primero. Yo soy Chase y mi mujer
es Britanny. Tú madre falleció no hace
mucho de unas fiebres. Así que cómo tú padre está muerto has venido a vivir con
nosotros. ¿Lo has entendido todo?
Cecilia, o Charlotte, asintió con la cabeza.
Subió al coche de su “tío” mientras éste le sujetaba la maleta. Luego se la
devolvió y se sentó en el asiento delantero junto al conductor. A continuación marcharon
hacía casa de los Lugendre.
Es fantástica esta introducción. Espero leer más sobre esta historia, ya que promete bastante.
ResponderEliminar¡Siguiente! <3! I love it!
Ah, soy @andreahoran42
Un besito.
Ann
hola me a gustado tu introducción espero seguir leyendo mas, visitame y déjame tu opinon si le das a seguir te sigo un besito
ResponderEliminarpinta para ser una historia hermosa! *_*
ResponderEliminarsigue, sigue!
jeje me encanto
besos
hellow yolapola esta a escribiendo un libro en poco será escrito
ResponderEliminarosea publicado en las librerias xD a si y soy su recomendante me paga por ello ocno
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